Como peces en el agua sin barreras

Martes, 21 de julio 2020, 15:16

Saúl, Lázaro, Yeray, Miguel, David, Jorge, Cristian, Diego, Valeria, Ángela, Chaxiraxi, Kheira y María Rosa, integrantes del Club Carucagua de Arucas, demuestran su valía a diario. Gracias a la labor de Carmen, su entrenadora, este grupo de jóvenes con discapacidad intelectual ha conseguido, por segundo año consecutivo, ganar varias medallas en el Campeonato de España de natación. «Ha sido todo un reto», contaba Carmen. Por su parte, Valeria y María Rosa se sienten muy orgullosas de haberlo logrado en nombre de todos sus compañeros. Valeria ha obtenido cinco medallas tras participar en cinco pruebas de la categoría Junior, mientras que María Rosa ha sido subcampeona de España de 200 metros en estilo espalda en la categoría síndrome de down.

Publicidad

El campeonato se celebró el pasado mes de marzo en Sevilla. «Ha sido un trabajo duro, pero ha merecido la pena. Ellos son lo mejor que tengo». Para Carmen el esfuerzo constante de los chicos ha sido el motor para apostar por ellos. La capacidad de aprendizaje que tienen hace que quiera esforzarse el triple como entrenadora. Sonríe al reconocer que no dejan de sorprenderla y comenta orgullosa que a pesar de los años que lleva en este mundo, también aprende gracias a ellos. «Existe un vínculo súper estrecho entre ellos y yo».

Todo comenzó hace aproximadamente ocho años, cuando el equipo de natación para niños con discapacidad intelectual Discarucas, contacta con Carmen para mejorar en este deporte. Actualmente, los padres de estos jóvenes campeones, fundadores del equipo de aquel entonces, se sienten satisfechos. Confían en el trabajo de Carucagua y en la función de su entrenadora porque «cuando existe implicación emocional, el dinero es lo de menos, aunque vivas de ello». David, actual presidente de Discarucas, también ha sido entrenador de este grupo y ha seguido desde muy cerca todos sus progresos de manera altruista. Su figura es imprescindible y la complicidad que tiene con los niños es impresionante.

En cuanto al club, económicamente hablando, Carmen ha hecho énfasis en la necesidad de ayudas por parte de las instituciones: «No podemos crecer sin apoyo, pero seguiré adelante por ellos». Este colectivo tiene que pagar sus instalaciones, y no cuenta con ningún tipo de contribución, pero la lucha continúa. De hecho, esta entrenadora dispuesta a todo por sus niños, ha conseguido ampliarles el horario de entrenamiento, ya que para la gran labor social que hacen y los méritos deportivos que tienen, lo normal es que puedan disfrutar de las instalaciones como un equipo más. Sin embargo, no están solos. La Asociación de Discapacitados del Noroeste de Gran Canaria, ADISNOR, defiende el proyecto y se ha prestado voluntaria para ayudarlos. De esta manera, se unen dos entidades cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida de estos niños con discapacidad intelectual. Una lucha que va más allá del ámbito deportivo, una guerra que hay que ganar por y para ellos, porque ver la sonrisa dibujada en la cara de un niño, no tiene precio.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Regístrate de forma gratuita

Publicidad