Cases hace autocrítica
El obispo admitió en su homilía que a la iglesia le faltan los jóvenes, los pobres, las familias y las vocaciones. Anunció una mayor involucración en la defensa de la vida ante posibles casos de aborto.
El obispo de la diócesis de Canarias, Francisco Cases, aprovechó su homilía de este jueves en la solemne eucaristía del día grande de la Virgen del Pino para hacer autocrítica de la parte de responsabilidad que tiene la iglesia en la pérdida de fieles. 5.000 personas siguieron la procesión, donde los militares volvieron a ser los más aplaudidos.
Publicidad
La máxima autoridad eclesiástica en la provincia de Las Palmas, que este jueves presidió la misa en el día de la festividad de la patrona de Gran Canaria, recurrió al episodio de las bodas de Caná en el Evangelio de San Juan para hacer una parábola de lo que debería hacer la iglesia actual y, sin embargo, no hace. Es decir, estar atenta a lo que pasa en la sociedad y darle una solución. Francisco Cases hizo autocrítica. «La existencia y el normal funcionamiento de los Consejos Pastorales en todos los niveles y las coordinadoras no están precisamente en su mejor momento». Y acto seguido admitió que a la iglesia de hoy le faltan los jóvenes («decimos que se marcharon de la iglesia cuando en realidad en los últimos años pocos estuvieron en ella»), los pobres («se acercan a nuestros despachos de Cáritas (...), pero ¿forman parte de nuestras asambleas?»), las familias, las parejas separadas («que a veces hemos visto como proscritas o excomulgadas») y las vocaciones de todo tipo. En el texto de las bodas de Caná, María advierte a los demás de que faltaba vino para seguir la celebración y les insta a que acudan a su hijo, Jesús, para que les ayude, que acabó convirtiendo el agua en vino. Cases quiere ver en las bodas de Caná una parábola de la marcha de la Humanidad e invocó este jueves la necesidad de que la iglesia actual, igual que la María de Caná, «esté atenta a lo que está pasando, sabiendo leer en las dificultades y en los sufrimientos de nuestros hermanos, sin encerrarnos en nuestros templos y salones para continuar cuidando a los que no se han ido». Al hilo de eso confesó que no basta con «advertir lo que falta a los hombres de hoy», sino que pidió que antes han de «empezar por reconocer lo que falta» a los creyentes. En presencia de la Virgen del Pino, y tras recordar que este año se celebra el Año Jubilar de la Misericordia, invocó a «descubrir y fortalecer» la conciencia de que la iglesia es «iglesia madre, iglesia madre de misericordia», y abogó por que la iglesia diocesana tome como ejemplo a la Virgen María,
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión