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La vida sin Jonathan Viera

Llega el primer partido sin Viera. La primera cita sin la magia del 21, sin el líder, capitán y referencia. En Butarque, ante el Leganés y con la oportunidad de salir del descenso, comienza una nueva vida para la UD Las Palmas después de cinco temporadas en dos etapas con el último gran talento isleño en triunfar de amarillo.

Viernes, 17 de julio 2020, 00:55

Más difícil todavía. Cuando parecía que no podían haber más piedras en el camino, apareció el iceberg. Cuatro entrenadores, 37 futbolistas, rachas negativas inéditas en décadas, número de récord en goles encajados, enfermería llena... Ya estaba siendo una temporada para recordar en cuanto a infortunios y se anuncia la marcha de Viera a China. Por la calle se dice que si escapa de esta, Las Palmas no descenderá en lo que le queda de vida.

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Pero la realidad es que está a un solo partido de la permanencia. Aunque parezca imposible, aunque se hayan hecho méritos como para estar desahuciado, la mala dinámica de Málaga, Dépor y Levante permiten continuar soñando con lo imposible. A dos puntos de la gloria en un curso abocado al fracaso.

Butarque ofrece la posibilidad de pasar la primera noche fuera del descenso cinco meses después. Pero para ello habrá que volver a ganar fuera de casa, cosa que la UD no hace desde la segunda jornada. En Liga, la estadística es mucho peor si la extrapolamos hasta la temporada pasada. Dos victorias en 31 partidos lejos del Gran Canaria. Como para afrontar con optimismo la cita.

Pero la misión de esta tarde no debería ser, ni mucho menos, imposible. Enfrente estará un igual, un equipo de presupuesto similar, un humilde con mucha menos historia que la UD. Pero un Leganés que presume de haber tumbado al Madrid en Copa, de haber abandonado el agobio de pelear por salir de la parte de abajo de la tabla. Su ejemplar primera vuelta hizo que desapareciesen esos miedos desde muy pronto. Sin embargo ahora está atravesando un bache que lo tiene en medio de la nada. Cuatro partidos sin ganar y, encima, se ha desgastado jugos blancos. Solo dos días para preparar un partido que la UD afronta como otra final. Una más este curso.

Además, y pese a la mala imagen en la última derrota, la UD ha comenzado, por fin, a competir. Lejos queda aquel tiempo de fútbol de seda, toque y elaboración. No hay tiempo para remilgos. Hay que sacar puntos como sea y Jémez, a pesar de abanderar el buen gusto por el juego, es el primero que se ha adaptado a estos tiempos de crisis. Ya ha conseguido controlar la sangría en defensa y ahora su empeño está en mejorar las prestaciones ofensivas. Ya anunció a Halilovic como agite para olvidar a Viera, aunque será Tana, sucesor ratificado por el mediapunta, su sustituto natural. Son los únicos cambios con respecto a los últimos partidos, a excepción del de Aquilani por el lesionado Peñalba. El argentino ha sido uno de los hombres fuertes del técnico y su ausencia es otro palo para Jémez. Como la de un Bigas que ni se sabe cuando volverá.

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Mucho que ganar

Es la tónica habitual este curso, demasiados baches a superar. Pero el premio es grande, gigante si se tienen en cuenta todas las penurias por las que ha pasado el equipo. La vida sin Viera comienza con otra oportunidad de salir del descenso. De lograrse, sería el primer paso para olvidar a uno de los mayores talentos que ha dado esta isla. La mejor ocasión para pasar página y recordar que, pese a todo, aquí lo único que cuenta es Las Palmas.

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