Benito y Narciso lloran la muerte de Quini
Enrique Castro ‘Quini’ falleció anoche en Gijón después de sufrir un infarto cerca de su domicilio en la ciudad asturiana, donde dejó su legado tras formar parte del Sporting durante 12 temporadas que le valieron para convertirse en leyenda del equipo rojiblanco y del fútbol español.
Ignacio S. Acedo y / Las Palmas de Gran Canaria
Viernes, 17 de julio 2020, 00:59
«Una persona maravillosa que me marcó dentro y fuera de los campos»
Benito Morales era anoche un hombre «destrozado» al conocer la fatal noticia de una persona a la que consideraba «un grandísimo amigo». Benito y Quini rivalizaron muchas veces en el terreno de juego («era un portento, un jugador de los que dejó huella por su calidad y carisma») y, ya retirados, mantuvieron una bonita amistad que regaban cada vez que se veían. «Era un caballero, siempre atento, siempre educado, siempre amable, siempre accesible... No tengo palabras para expresar lo que siento, me ha cogido de sorpresa y no pudo ni hablar casi», confesaba con voz entrecortada. cada visita de la UD a Gijón («se desvivía por atendernos tanto en Mareo como en El Molínón») o del Sporting a Gran Canaria servía para que ambos estrecharan lazos. «Recuerdo que una de las últimas veces que nos vimos, le regalé una copia de una foto en la que ambos ejercimos de capitanes (la que acompaña este texto). Fue en la primera temporada nuestra en Primera División tras ascender en 2015. Quini me dio un abrazo que todavía no olvido. Siempre le tendré presente», asegura Benito.
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«Forma parte del escudo del Sporting; me trató siempre con mucho cariño»
Narciso Rodríguez, legendario delantero de Arucas que triunfó con las camisetas de la UD Las Palmas y Sporting de Gijón a finales de la década de los ochenta, conocía a Quini desde hacía casi treinta años. «Estuve tres temporadas en el Sporting y, en aquella época, él se acababa de retirar, pero, como no podía ser menos, formaba parte de la entidad. Me trató siempre con muchísimo cariño. Era verlo y te arrancaba una sonrisa con su bondad, con su alegría vital, con esa humildad que desprendía pese a que en Gijón era y siempre será un ídolo. Su muerte es un mazazo, un palo durísimo. A mí se me han escapado lágrimas al tener la noticia porque los recuerdos con él, y todos bonitos, son inevitables», valora. El destino quiso que, en un partido de homenaje celebrado en León, con Narciso perteneciendo todavía a la disciplina de la UD Las Palmas, ambos jugaran en un mismo equipo. «Me llamaron y acudí invitado y encantado de la vida. Jugar con Quini... Impresionante, sentir su presencia en el campo. Guardo esa foto con mucho amor», confiesa Narciso.
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