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Una derrota que destapa dudas y carencias

Las Palmas de Manolo Márquez continúa buscando su estilo. Ha ganado partidos, sí, pero llamar discreto a su juego es ser generoso. La consigna es defender bien, tratar de encajar lo menos posible y que los goles lleguen por fruto de inspiraciones individuales.

Jueves, 16 de julio 2020, 14:18

Y en eso Viera es capital. La dependencia que la Unión Deportiva tiene al jugador de La Feria es comparable a la del Barça con Messi. Si él no está bien, la luz se apaga para el equipo amarillo. Desde la mediapunta, es el único que aporta algo diferente en el ataque de un equipo que en esa búsqueda de identidad, juega demasiado académico y previsible. Pero ayer, precisamente, no tuvo su mejor día. Y eso que como siempre, se echó el equipo a la espalda. Bajó a pedirla, encaró, filtró pases imposibles... pero las cosas no le salían como otras tardes y eso que, sobre el papel, ante el Leganés era un día para lucirse.

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Porque habrá cinco o seis equipos en la competición ante los que la UD puede sentirse favorito. Al menos, como local. Y el Leganés es uno de ellos. Pero ayer el que mandó en el Gran Canaria fue el conjunto pepinero. Con Tana y Tannane perdidos en las bandas y Javi Castellano desaparecido en la medular, a Aquilani y al propio Viera el trabajo se les acumulaba. Mientras, Calleri tenía que pelear él solo contra toda la defensa visitante. Una película que ya se había visto esta temporada. Echa de menos el 21 su sociedad con Tana, quien en las dos últimas temporadas le ayudaba en ese juego de toque y elaboración. Pero en la banda, el canterano ve reducida sus prestaciones y, además, tampoco está a su mejor nivel, todo hay que decirlo. Con escuchar la bronca con la que el respetable le despidió al ser sustituido por Hernán Toledo es fácil hacerse una idea de su estado actual.

Con esos problemas en la producción ofensiva y la idea común de ambos conjuntos de blindarse atrás y dejar al azar las acometidas arriba, al descanso se llegó con 0-0, ocasiones a cuentagotas y aburrimiento generalizado. Pero los monstruos vendrían en la segunda parte con el gol de Beauvue nada más empezar. A partir de ese momento fue donde se le vieron las verdaderas carencias de esta UD.

Con el calendario en la mano, era casi obligado ganar este partido. Barcelona, Celta y Villarreal es lo que viene por lo que hasta empatar ayer sabía a poco. Y con tal panorama es incomprensible el poco peligro que generó Las Palmas con toda la segunda parte por delante. Pocos partidos foráneos tan placenteros tendrá el Leganés este curso como el que disfrutó en su visita a la isla. Con orden atrás, continuas faltas lejos del área y juego sencillo, se llevó tres puntos a la capital. No necesitó más ante una Unión Deportiva que hasta ahora había presumido de haber logrado victorias de mérito y derrotas lógicas y asumibles.

Pero ayer no había excusas. Era un rival directo lo que estaba enfrente, un conjunto con un presupuesto, como mucho, similar al de la UD. Esta vez el marcador no pudo tapar el pobre juego amarillo y la autocrítica es necesaria. Hay muchos problemas que resolver, empezando por lo que hasta hace unos meses era el gran estandarte: el juego y el estilo. Dos aspectos que con Manolo Márquez, todavía a estas alturas, brillan por su ausencia. La competición no para y en esta travesía de dudas -más por sensaciones que por puntos- en la que navega Las Palmas, tiene en el campo del líder la siguiente parada. Un Camp Nou que no hace prisioneros, y menos ante equipos aún por definirse.

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