Lucha entre la razón y la religión

La religión y la razón se enfrentaron en los pensamientos y teorías de Galileo Galilei, una de las mentes más brillantes de los siglos XVI y XVII. Bertold Brecht profundizó en la vida de este genio con una pieza teatral estrenada en 1939, que ahora pasa por su personal «tamiz social» la compañía grancanaria La República para estrenar Las cicatrices del cielo.

Miércoles, 15 de julio 2020, 04:07

«Por formación, Brecht es uno de nuestros preferidos, pero nunca nos habíamos atrevido a representarlo. Pensamos que había llegado el momento y que lo ideal era tamizar a nuestro aire su obra sobre Galileo. Lo que nos interesaba, sobre todo, era profundizar en esa confrontación entre razón y religión, algo que es muy actual, entre otras cosas porque es eterno», apunta Nacho Cabrera, alma mater de La República y director de este montaje, que se representa los días 3 y 4 de mayo, a partir de las 20.30 horas, en la Sala Insular de Teatro (SIT) de la capital grancanaria.

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Lo primero que llevaron a cabo fue una reducción drástica de los personajes que aparecían en la brechtiana obra La vida de Galileo. «En aquella son múltiples los personajes. Nosotros lo reducimos todo a tres. Se trata de Galileo Galilei, al que encarna Miguel Ángel Maciel, el papa Urbano VIII, que interpreta Toni Báez, y Andreas, un alumno aventajado de Galileo, del que se encarga la actriz Ruth Sánchez», desvela Nacho Cabrera.

«En esa suma hemos condensado todo y le hemos puesto nuestra impronta. Toda la religión se concentra en el papa y toda la razón en Galileo y su alumno», añade el director y responsable de la adaptación.

«A estas alturas, que hablemos de esa confrontación entre religión y razón pone de manifiesto un cierto alzhéimer social. Lo contamos desde los últimos días de vida de Galileo. No lo quemaron, pero sí que lo recluyeron a las afueras de Venecia. Nosotros lo situamos en una residencia, donde se encuentra conectado a una máquina. Ahí recibe la visita de su alumno Andreas y mientras avanza la obra, Galileo comienza a recordar tramos concretos de sus vida. Sus pesadillas y sus cosas buenas».

Reconoce que más que progresar, en algunos momentos y aspectos, la sociedad contemporánea involuciona. «La historia se repite sistemáticamente, lo que pasa es que en muchos casos no se reconocen las cosas. Miras ahora lo del terraplanismo que está imperando en Estados Unidos y te tiras las manos a la cabeza», señala con pesar.

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Las cicatrices del cielo, que aspira a que el espectador reflexione como la propia compañía ha hecho previamente, aborda también cuestiones tan actuales en España como la eutanasia.

Sobre el reparto, reconoce que con el actor Miguel Ángel Maciel el «entendimiento es máximo, por eso es socio de la compañía». Con Toni Báez repiten tras Los impostores y el director destaca «la conexión brutal» que logra con Maciel.

«Nos apetecía trabajar mucho con Ruth. Tiene un plus político y social que entronca con nosotros. Le pedimos que no esconda que es una actriz que interpreta a un hombre y lo hace estupendamente», dice Nacho Cabrera.

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