Pescadería aborigen en La Garita

Está a pie de mar, junto al paseo de La Garita, en un lugar muy visible, pero quizás pase un tanto desapercibido para la singularidad histórica que le atribuyen las investigaciones arqueológicas. Es el yacimiento de Lomo Los Melones, con dos estructuras excavadas que acaban de ser restauradas por el Cabildo.

Viernes, 17 de julio 2020, 00:46

Una de las dos construcciones del enclave, la de planta cruciforme y situada más hacia el interior, pudo ser un espacio doméstico «específicamente destinado a la explotación y manipulación de recursos del medio marino», apuntó este martes Xavier Velasco, arqueólogo e inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo. Dicho de otro modo, su funcionalidad pudo ser equivalente a lo que hoy se entiende como una pescadería.

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Entre las pruebas que alimentan esta tesis citó Velasco el hallazgo, aparte de restos de cebada, trigo o semillas de higo en buen estado de conservación, de cientos de miles de fragmentos de pescado, desde escamas a espinas o vértebras, y también de restos de moluscos como lapas y burgados. Además, apuntó, es el «único yacimiento donde se han hallado útiles de hueso que han sido fabricados de forma específica para el procesado del pescado», en concreto, para su descamado.

Y no solo eso. Aparecieron reservas de cuernos para fabricar nuevos útiles. «Yo no tengo un descamador en casa, pero un pescador probablemente sí; esto y la densidad de restos de pescado, que no tiene comparación con otros yacimientos, nos permite deducir que se trata de un espacio dedicado a una actividad que tenía como propósito abastecer a algo más que al núcleo familiar».

Velasco vincula además estos hallazgos arqueológicos con una contextualización cronológica. Las dataciones de carbono 14 sitúan este enclave entre los siglos XIII y XV d.C., que es justo la etapa prehispánica en la que se produjo una «intensificación de la ocupación de la costa de Gran Canaria, visible en Telde en yacimientos como este de La Garita, Tufia o La Restinga, que tuvo que ver con un crecimiento poblacional y con una intensificación de la explotación del medio marino». Este lugar debió ser un espacio para el procesado de alimentos del mar que luego se intercambiaban con productos del interior.

Precisamente por su cercanía al mar ha sufrido cierto grado de deterioro que el Cabildo ha intentado frenar con una intervención realizada en el último trimestre de 2017. La ejecutó Tibicena por 11.770 euros. Entre sus males, algún desprendimiento de los muros y la pérdida del picón que protegía las estructuras.

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90.000 euros para toda la isla

El consejero de Patrimonio Histórico del Cabildo, Carlos Ruiz, visitó este martes el enclave junto al director general de Cultura, Oswaldo Guerra, y la alcaldesa accidental, Celeste López. Enmarcó la acción entre las tareas de mantenimiento de los yacimientos que financia el Cabildo, a las que destinará 90.000 euros en 2018 frente a los 70.000 de 2017. López celebró que se adecúe un patrimonio que contribuye a la dinamización económica y a la atracción de turistas. Tiene parte por excavar que queda como reserva.

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