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El Insular, una deuda con la memoria

La ciudad muestra las obras de la rehabilitación de la Tribuna del desaparecido estadio, un proyecto de las arquitectas Elsa Guerra y Noemí Tejera que pretende proteger la distintiva estructura porticada y convertirla en un lugar de convivencia.

Jueves, 16 de julio 2020, 13:43

Este mes se cumplen 17 años de la despedida oficial del Estadio Insular para la Unión Deportiva. Dos símbolos de la ciudad que fueron separados en una decisión que hoy todavía se discute, pero que es irreversible. Tras años de concursos fallidos y la conversión del antiguo santuario futbolero en un parque, las arquitectas Elsa Guerra y Noemí Tejera han rematado la rehabilitación de la emblemática cubierta de la grada de Tribuna. Una intervención que pretende simbolizar la relación del espacio con la memoria de la capital y dotar a la zona de una infraestructura novedosa.

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La inversión de 2,5 millones de euros del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, con la anuencia del Cabildo, propietario del recinto, está prácticamente completada y se espera que el mes que viene ya esté a pleno rendimiento al servicio de los ciudadanos de la capital.

Según trasladó Augusto Hidalgo, alcalde de la ciudad, «el proyecto que está a punto de finalizar supondrá un entorno abierto y multidisciplinar en el que mantenemos la esencia del antiguo Estadio Insular, a la vez que le damos un nuevo uso sociocultural y de ocio. La terraza semicubierta que recorre la parte superior de los locales y en cuyos laterales están ubicados diversos espacios de gradas en los que los vecinos y vecinas del municipio podrán disfrutar y contemplar tanto el parque urbano, como la rehabilitación de las antiguas gradas del Estadio».

El equipo formado por Guerra y Tejera señala que las obras en la Tribuna del Insular se han concentrado en la rehabilitación de la estructura porticada de hormigón armado de la grada, la fachada de malla de aluminio hacia la calle y la adición de una estructura mixta con fachada de aluminio plegado en dos colores. Además, han querido añadir al proyecto la construcción de una gran zona de terraza semicubierta que cuenta con ascensor panorámico adaptado.

Las alusiones a la memoria y al significado que el recinto tuvo desde su inauguración en 1944, en principio como sede de los partidos del histórico Marino, y su posterior vínculo con la creación del equipo único, como se le definía en su origen en 1949, han sido elementos vitales en el trabajo de las arquitectas. Pero también en las administraciones públicas que han apostado por el proyecto.

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Así lo refirió Antonio Morales, presidente del Cabildo, que ayer estuvo presente en la «supervisión» de las obras. «Cuando el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria propuso al Cabildo utilizar este espacio y que lo cediera para remozarlo y generar una obra de estas características, todos pensamos en la necesidad de mantener ciertos elementos que forman parte de nuestra historia, de nuestra memoria», dijo.

Y es que la ciudad y la isla añoran lo que supuso el Insular. El valor arquitectónico fundamental se encontraba en la grada de Tribuna, objeto de esta renovación, aunque Noemí Tejera destaca también la fachada exterior de la grada Naciente.

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Desde aquel ya lejano partido ante el Elche (4-1), en el que Orlando Suárez marcara el último gol oficial de la Unión Deportiva allí la nostalgia envuelve el espacio. Luego se siguieron jugando partidos allí durante unos años, como un Lanzarote-Sevilla de Copa del Rey, pero la herida quedó abierta en canal.

Por ello, como informó Augusto Hidalgo, la Asociación de exjugadores de la Unión Deportiva que preside Roque Díaz tendrá en una de las salas de la intervención su sede. Un hueco en un lugar que debe a esas antiguas leyendas el aire mítico que todavía impregna el lugar.

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