Arañando el paisaje, que es activo y atentado medioambiental
Mire para donde se mire, la fina epidermis de la Maxorata está trazada por huellas de motos, quad y vehículos cuatro por cuatro. Da igual que sea un espacio protegido, como es el caso del barranco de los Enamorados en Lajares (La Oliva), que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de yacimiento paleontológico y que en la foto superior central luce dividido el jable por el paso de una moto. Fuera de los lugares protegidos, los ejemplos son múltiples y a cual más cruento para el paisaje porque, además, la huella de una moto o quad de ahora será un barranquillo en las próximas lluvias, por pocas que sean, y un paso más de la erosión en el camino del desierto que domina la isla. En algunas montañas, las motos hasta dan la vuelta por un camino distinto (a la derecha) como doble cicatriz.
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