Borrar
Bagnaia levanta el trofeo de vencedor del Gran Premio de San Marino. Reuters
Bagnaia tiñe de rojo Misano
GP de San Marino

Bagnaia tiñe de rojo Misano

Cuarta victoria consecutiva del italiano, que ya es segundo en la clasificación de MotoGP y sigue recortando puntos a Quartararo

Jesús Gutiérrez

Misano

Domingo, 4 de septiembre 2022, 12:42

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El circuito de Misano está situado a poco más de 15 kilómetros de Tavullia, la ciudad que vio nacer a Valentino Rossi y que es el santuario del motociclismo italiano. Cada fin de semana, durante las últimas décadas, las gradas se teñían de amarillo, el color que representa al icono italiano. Este año había una mezcla de expectación y pánico por ver el ambiente del primer GP de San Marino sin Rossi en pista, y aunque se notó que la asistencia bajó con respecto a los últimos años prepandemia (más de 158.000 espectadores en 2019, por los poco más de 101.000 de 2022), las gradas mantuvieron parte del color amarillo, pero incorporaron el rojo Ducati. O más bien el rojo Bagnaia, porque se vieron muchas banderas con el número 63, su dorsal en las carreras. No es que Italia tenga nuevo ídolo, porque tardará en desaparecer, si es que alguna vez ocurre, el legado de Valentino Rossi, pero Pecco Bagnaia está penetrando en el corazón de los 'tifossi'.

Lo merece el piloto de Turín, que está en números históricos en este 2022. Suma cuatro victorias consecutivas, algo que nadie había conseguido con una Ducati. Es más, Ducati nunca había vivido una racha así. Y en la historia de MotoGP solo lo habían logrado tres mitos: Valentino Rossi, Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa.

Las Ducati se sentían superiores en esta pista. No en vano, habían copado la primera fila de la parrilla y tenían a seis pilotos entre las siete primeras posiciones antes de apagarse el semáforo. Desde la quinta plaza partía Bagnaia, fruto de una penalización en los entrenamientos. Pero al llegar a la primera curva ya era tercero. Una vuelta después era segundo. Y desde el tercer giro hasta el final lideró la carrera sin ceder la posición. Esa parte inicial de la carrera fue crítica para las Ducati, que veían cómo se iban al suelo cinco de sus representantes: Miller, cuando lideraba la carrera, Bezzecchi, Di Giannantonio, Zarco y Pirro.

También sufría Bagnaia, que tenía que corregir su trazada en varias ocasiones. En ese momento, el más rápido con diferencia era Maverick Viñales con la Aprilia, que se afanaba por pasar al italiano. Pero la Ducati se hacía más ancha cada vez que el español buscaba un resquicio para adelantar. Ahí estuvo la clave de la carrera, porque si Maverick se hubiera colocado primero, habría buscado la escapada y entonces las Ducati lo habrían tenido complicado, aunque su punto fuerte era el final de carrera. Conforme pasaban las vueltas, Bagnaia se iba sintiendo más cómodo con su moto, con más tracción en el asfalto, e iba ganando metros con Viñales, que iba de más a menos y se quedaba sin agarre en el neumático.

La prueba parecía decidida, pero surgió la figura de Enea Bastianini, un auténtico especialista en los finales de carrera. Pasó a Viñales sin mucho esfuerzo y se pegó a rueda de Bagnaia. Ambos serán compañeros en el equipo oficial de Ducati en 2023, donde ha promocionado La Bestia gracias a sus resultados. Tocaba comprobar si Bastianini haría labor de equipo desde ya o le metería la moto a Bagnaia. Y fue lo segundo. De hecho, estuvo a punto de liarla en la última vuelta, cuando entró colado en la curva 4 y tuvo que irse largo para no llevarse puesto a su compañero de marca. Y todavía le quedaba otra bala que gastó en plena recta de meta, entrando casi en paralelo y a solo 34 milésimas de Bagnaia. En Ducati respiraron porque llegaron a temer que no acabaría ninguno de los dos.

La frustración del líder

Bagnaia ha pegado otro buen mordisco a la clasificación y ahora son solo 30 puntos de desventaja sobre el líder Quartararo. En apenas cuatro carreras le ha recortado 61, así que la proyección es que el italiano llegará tarde o temprano. De hecho, ya ha adelantado a Aleix Espargaró, tercero a 33, y quedan seis carreras por delante. O lo que es lo mismo, 150 puntos en juego.

En Misano se vio a un Quartararo superado. Acabó quinto y no pudo acercarse a las posiciones de podio. Cuando acabó la carrera entró en el box de Yamaha con cara de muy pocos amigos y en la rueda de prensa de después explicaba que más que enfadado se sentía frustrado. «Hoy no he tenido ningún problema con la moto. Mi ritmo era el que hemos tenido todo el fin de semana así que no tenemos más. Hemos llegado al límite de la moto». Se le va a hacer muy larga la temporada al piloto francés, que hace no tanto parecía enfilado hacia su segundo título de campeón. En cuanto a Aleix Espargaró, sexto en Misano, no quiso dramatizar con su carrera. Ya había avisado que esta pista iba a ser complicada y en ningún momento pudo rodar al nivel de su compañero de equipo, Viñales. Lo cierto es que tiene la misma desventaja que tenía antes del verano con Quartararo. El problema es que ahora tiene un nuevo rival, y que es el piloto del momento en el Mundial.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios