Borrar
Pablo Sarabia celebra con César Azpilicueta su gol a Suiza. AFP
España salva el 'match ball' con apuros
Liga de Naciones

España salva el 'match ball' con apuros

Un solitario gol de Sarabia permite a La Roja batir a Suiza en un partido en el que el combinado de Luis Enrique volvió a moverse sobre el filo de la navaja

Óscar Bellot

Enviado especial a Ginebra

Miércoles, 8 de junio 2022

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La selección española está obligada a levantar cabeza en la Liga de Naciones. Los empates registrados en casa frente a Portugal y a domicilio contra la República Checa han puesto cuesta arriba la senda hacia la 'final four' del próximo año para el combinado de Luis Enrique, que camina sobre el alambre en Ginebra. Un nuevo traspié ante Suiza, colista de grupo que busca estrenar su casillero de puntos tras sucumbir en las dos primeras jornadas, agitaría el avispero cuando restan poco más de cinco meses para que se alce el telón del Mundial de Catar, el torneo en el que están depositadas todas las esperanzas de un bloque que ofrece su mejor versión en banquetes que exigen traje de etiqueta, pero a la que con demasiada frecuencia se le indigestan los bufés que deglute en hoteles que no son de cinco estrellas.

Neutralizada a última hora por el vecino ibérico en un partido disputado en el Benito Villamarín que tenía bien encarrilado con el gol de Morata, y atenazada en Praga por una República Checa que supo pulsar sus vulnerabilidades hasta el punto de acariciar el triunfo que le negó Iñigo Martínez sobre la bocina, la selección española necesita dar un golpe de autoridad a orillas del lago Leman para cuerpear con lusos y checos, colíderes con cuatro puntos, dos más que el batallón de Luis Enrique. Porque, como recordó el estratega asturiano nada más concluir el litigio celebrado el domingo en el Sinobo Stadium, pese a todo España continúa dependiendo de sí misma y pretende seguir «dando caña».

Para ello tendrá que superar a Suiza, que también anda con el motor gripado. Los fallos defensivos la condenaron frente a la República Checa y Portugal la vapuleó en Lisboa. Sin embargo, el combinado helvético acostumbra a ser un dolor de muelas para España.

Se han medido en 23 ocasiones desde que ambos países se viesen por primera vez las caras en un amistoso que acogió el estadio Neufels de Berna en junio de 1925 y que se resolvió a favor del bando español con un triplete de Juan Errazquin, delantero del Real Unión de Irún que no pudo tener mejor bautismo como internacional. Y cierto es que el balance es muy favorable para el representante de la piel de toro, que se ha anotado dieciséis victorias y encajado una única derrota: la que abrió con agonía un Mundial de Sudáfrica que concluyó en éxtasis. Pero no lo es menos que buena parte de esos triunfos se produjeron por la mínima y después de sudar la gota gorda.

Una tendencia que se ha agudizado en los cuatro últimos años. Es ese periodo de tiempo, España ha firmado tablas con su oponente de este jueves en dos ocasiones, la batió de forma pírrica en octubre de 2020 y tuvo que aferrarse a su mejor desempeño desde los once metros para validar el pase a semifinales de la última Eurocopa en la tanda de penaltis que acordaron los goles de Zakaria, en propia puerta tras disparo de Jordi Alba, y de Shaqiri.

Suiza busca su ruta

El veterano atacante de origen balcánico, que el pasado mes de febrero abandonó las filas del Olympique de Lyon para aterrizar en la MLS, sigue siendo uno de los rostros más conocidos de la selección tutelada por Murat Yakin, quien tomó el relevo de Vladimir Petkovic a la finalización del Europeo multisede. Poderoso central y mediocentro posicional en su etapa como futbolista, Murat fue internacional en 49 ocasiones con Suiza y compartió vestuario con su hermano Hakan tanto en el combinado helvético como en el Basilea. En 2006 colgó las botas para iniciar una carrera en los banquillos que le ha llevado a entrenar al Lucerna, el Basilea, el Spartak de Moscú o el Grasshoppers, entre otros equipos, antes de tomar las riendas de la 'nati'.

Ante sí tiene el desafío de hacer un buen papel en el Mundial de Catar, donde los Xhaka, Embolo, Zakaria o Seferovic tratarán de mantener el buen tono competitivo que permitió a los helvéticos brillar en la Eurocopa, donde dieron la campanada ante Francia en octavos, y sellar sin sobresaltos el pase a la Copa del Mundo que se disputará en otoño. Pero su mal inicio en esta tercera edición de la Liga de Naciones ha llenado de dudas a Suiza. Al igual que a España.

Luis Enrique, que cambió ocho cromos en Praga respecto al once con el que descorchó el pulso ante Portugal, tratará de acallarlas con más rotaciones. Azpilicueta y Jordi Alba recuperan su sitio en los laterales, Busquets vuelve a llevar el timón en la medular y Marcos Llorente entra por primera vez en el once en esta ventana. Raúl de Tomás es baja de última hora por un problema respiratorio.

Ya llueve algo menos para España en esta Liga de Naciones. El combinado de Luis Enrique derrotó a Suiza con una solitaria diana de Sarabia cuando no se había cumplido el primer cuarto de hora de otro partido disputado en el filo de la navaja y despeja parte de los espesos nubarrones que se cernían sobre su horizonte inmediato.

La diana del atacante madrileño, un valor en auge dentro de La Roja, recompensó la buena primera parte de la selección, más sólida en defensa y vertical en ataque durante esos 45 minutos que la versión ciertamente mustia que había mostrado cuatro días atrás en tierras checas.

La bajada de prestaciones tras el descanso, sumada al mayor ardor suizo, comprometió el triunfo de España hasta el último momento y debe servir como un nuevo toque de atención para un equipo al que sigue faltándole contundencia para evitar que sus comparecencias sean un permanente ejercicio de funambulismo, por más que Luis Enrique recordase luego en sala de prensa que Suiza llevaba 23 partidos oficiales invicta como local. Pero lo más importante eran los tres puntos y, en ese sentido, cabe darse por satisfechos. Sufriendo, pero vivos al fin y al cabo.

Suiza

Sommer, Widmer, Akanji (Frei, min. 80), Cömert, Ricardo Rodríguez (Sow, min. 88), Xhaka, Aebischer (Okafor, min. 63), Freuler, Shaqiri (Seferovic, min. 80), Embolo y Zuber (Steffen, min. 63).

0

-

1

España

Unai Simón, Azpilicueta, Diego Llorente, Pau Torres, Jordi Alba, Busquets, Marcos Llorente (Carlos Soler, min. 80), Gavi (Koke, min. 73), Ferran Torres, Morata (Asensio, min. 73) y Sarabia (Dani Olmo, min. 62).

  • Gol: 0-1: min. 13, Sarabia.

  • Árbitro: Serdar Gözübüyük (Países Bajos). Amonestó a Shaqiri, Akanji, Seferovic y Sow.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la Liga de Naciones, disputado en el Stade de Genève ante 25.875 espectadores.

Luis Enrique, que introdujo ocho novedades en su once respecto a la anterior cita en Praga, concedió a Marcos Llorente la primera titularidad en esta ventana de junio y confirmó a Unai Simón, Gavi y Sarabia como grandes cotizantes en su bolsa. El portero del Athletic, el centrocampista del Barça y el atacante propiedad del PSG, pero que militó esta temporada en el Sporting de Portugal, son los únicos que han salido de inicio en las tres jornadas que se llevan disputadas hasta la fecha de la Liga de Naciones. Por motivos diversos, todos ellos le dieron la razón en Ginebra, aunque el cancerbero pusiese más de una vez en vilo el corazón de la hinchada española al aplicar al pie de la letra la exigencia del asturiano de no regalar ni un balón golpeando al bulto.

A España se le clarificó pronto el panorama. Apenas habían transcurrido unos minutos de tanteo cuando Ferran Torres robó y cedió al espacio por el que rompía Marcos Llorente. Morata estuvo listo arrastrando a los centrales para dejar solo a Sarabia, que recogió el venenoso centro del polivalente futbolista del Atlético y rebasó a Sommer para desatascar el duelo después de que el VAR certificase que no había fuera de juego tras un suspense que se hizo eterno. Luis Enrique había tirado de las orejas a sus delanteros en la previa por su falta de aplicación defensiva en la capital checa y Ferran demostró que el aviso del seleccionador no cayó en saco roto.

La diana alivió la mochila de La Roja, que ganó dinamismo y presencia con la entrada de Marcos Llorente en la sala de máquinas, y metió presión a Suiza, hasta entonces muy agazapada en un Stade de Genève con marcado espíritu festivo y una nutrida presencia de la parroquia española. La desventaja elevó un punto la agresividad del combinado helvético, que sin desviarse demasiado de su perfil defensivo, sí inquietó por momentos a España.

Embolo desperdició una estupenda ocasión de la 'nati' con un remate muy blandito de cabeza cuando estaba en una posición inmejorable para poner el empate y Cömert metió el miedo en el cuerpo a la salida de un córner, por más que el testarazo del central del Valencia saliese desviado. Con todo, España se marchó al descanso con buena nota por su superior ritmo en la circulación respecto al envite frente a la República Checa y el mayor aplomo de una zaga que Luis Enrique remodeló por completo, sin que de ello quepa extraer ninguna lectura en clave de castigo.

Subió líneas tras el intermedio una Suiza a la que se le escapaba el tren de la Liga de Naciones y que todavía no sabe lo que es ganar en lo que va de año. Las burbujas de Shaqiri y las descargas de Embolo comprometían a una España con más grietas en el centro del campo y menos brío. Suficiente para que Luis Enrique recompusiese sus filas. Primero con la entrada de Dani Olmo por el goleador Sarabia, y poco después con la irrupción de un Asensio que acabó de falso nueve tras la salida de Morata y de Koke, que relevó al energético Gavi con la misión de meter más pausa y adormecer el choque.

Le sentaron bien los cambios a España, que amortiguó durante un tramo el ímpetu de los helvéticos. Pero las últimas acometidas del cuadro de Murat Yakin volvieron a provocar un sufrimiento extremo. Embolo perdonó a puerta vacía tras una mala salida de Unai Simón, a Seferovic le faltó viveza para sacar rédito de otra flaqueza defensiva y Diego Llorente bloqueó un disparo sobre la bocina que tenía pinta de acabar aguando la fiesta de una España que sigue sin tener un partido tranquilo, pero que ya relaja el semblante.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios